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6 feb. 2019
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Umit Benan sube a Barcelona de nivel con una lección de menswear

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6 feb. 2019

“Veni, vidi, vici”, debió pensar Umit Benan al cerrar con éxito el desfile que lo trajo a Barcelona, en la edición más internacional de la pasarela catalana. Un nuevo destino en el viaje en solitario del diseñador de origen turco, que se ha rebelado como marca independiente ante la estricta presión de los calendarios de las semanas de la moda. Alternativo, multicultural, comprometido y con una alta dosis de ‘savoir-faire’ italiano, Umit Benan quiere demostrar que otro modelo en la moda sí es posible.


El diseñador de moda masculina, Umit Benan - 080 Barcelona Fashion


Los conceptos y la fórmula a contracorriente

“Siempre me ha parecido importante transmitir mensajes políticos. En este caso, para mí lo relevante no es la religión, sino creer y tener una conexión con Dios”, comenta Umit Benan a FashionNetwork.com sobre su colección titulada “God is black”, en la que puso de manifiesto el doble racismo ligado a la condición de hombre negro y musulmán y para la que contó con un casting de hombres negros en los que apenas figuraron modelos profesionales. “No hago solo ropa, trabajo conceptos. Utilizo la moda como herramienta para transmitir mis creencias y mi visión del mundo”, explica sobre el desfile en el que quiso presentar a distintos tipos de hombre que van a la mezquita a rezar, luciendo caftanes, trajes fluidos o abrigos de sastre clásicos. “Cuando se quitan los zapatos, todos están al mismo nivel: trabajadores, realeza y hombres de negocios”, concluye.

Nacido en Alemania, Umit Benan creció en la fábrica textil familiar de Estambul, y llevó a cabo sus estudios entre Suiza y Estados Unidos. Con el viaje y una visión del mundo cosmopolita como constantes, el diseñador comenzó su carrera en Nueva York y se consolidó en Italia, donde lanzó su firma homónima en 2009 y ganó la primera edición del prestigioso concurso de Pitti Uomo, Who is On Next?, solo un año más tarde, para convertirse en director creativo de Trussardi entre 2011 y 2013. Sin embargo, su carrera vivió un punto de inflexión hace dos años. “Dejé de hacer shows en París y Milán para romper con el bucle de presentaciones cada 6 meses del calendario clásico de desfiles. Era estresante y acabó por ser algo vacío. Quería seguir haciendo desfiles, pero disfrutándolos. Concibo los shows como una celebración, más allá de lo únicamente business”, explica.

Tras un primer desfile alternativo en Tokio hace un año y medio, Umit Benan reconoció en este camino el formato de presentación que le representa, un modelo itinerante que hace descubrir su visión a diferentes culturas. “El ritmo de los shows hizo que llegara un punto en el que ya no podía escucharme a mí mismo porque estaba constantemente pensando en lo que vendería, en lo que le iría bien a la prensa… Quería concentrarme en lo que verdaderamente quería hacer”, analiza, sin ocultar cierta crítica al ritmo frenético de la industria de la moda actual.

En una edición en la que 080 Barcelona Fashion se ha abierto al contenido internacional, la propuesta de Umit Benan parece crear la sinergia perfecta entre creador consolidado y diseño emergente. “Mi trabajo es valiente. Si las ciudades y los diseñadores pueden experimentar las ideas que quiero transmitir más allá de la ropa, les darán más seguridad para expresarse. Yo trabajo conceptos muy fuertes y creo que la capacidad para hacer soñar puede ayudar a que se lancen. Al mismo tiempo, mis mensajes se comunican a una mayor cantidad de personas celebrando los desfiles al margen del calendario”, reflexiona. Y no duda en dar su opinión sobre las dos capitales de la moda que vieron desfilar sus colecciones antes de dar el salto ‘outsider’: “Si bien París ha estado haciendo un gran trabajo en los últimos años, Italia sigue siendo un actor fundamental en el sector. Podría decirse que Francia domina en la moda mientras que Italia lo hace en la industria”.


Desfile del diseñador Umit Benan en la pasarela catalana - 080 Barcelona Fashion


Independiente y fiel al tailoring

El panorama no es sencillo para marcas independientes como la de Umit Benan. Más allá del ritmo de presentaciones, la competencia es voraz y los conglomerados de lujo dominan con contundencia. “Competir con grandes firmas de alta gama nos afecta en la medida de que producimos en las mismas fábricas ‘high-end’, pero estas suelen privilegiar a las grandes. El poder financiero, técnico y de personal de los grandes grupos de lujo no es comparable con el de una marca independiente. La única forma de competir es mediante la creatividad. Cuanto más grande es la compañía, menos libertad tienes”, explica optimista el diseñador. “Como independiente tienes muchas más posibilidades de ser intrépido. Como están más establecidas y estructuradas, tienen que seguir ciertas reglas económicas, mientras que para nosotros todo se trata de ser creativo. En Milán, por ejemplo, conseguí hacerme un hueco, incluso desfilando en la misma jornada que Etro o Gucci. Y la única forma de lograrlo fue siendo único y creativo”.

Sin embargo, Umit Benan no se cierra puertas a la hora de hablar de la entrada de un inversor en la marca, de la que es único propietario desde hace 10 años. “Me han llegado ofertas en el pasado. No me importaría tener socios, pero hay que encontrar a la persona correcta, que esté implicado con la marca, la ropa, los conceptos… No lo entendería únicamente como una inversión. La entrada de un inversor puede ser algo que impulse tu desarrollo o que te destruya por completo”, reconoce.

¿Cómo hacerse un hueco entonces en un sector que en los últimos años ha experimentado el apogeo del ‘streetwear’? “Mi última colección es muy sartorial y clásica, pero con cierta actitud ‘street’ y ‘sportswear’. Hombres que disfrutan del menswear, pero con más vida. Nunca demasiado clásico, siempre con un toque de color, tejido, siluetas… que lo relajan y lo hacen más casual”, describe apasionado, poniendo de relieve una cuestión de terminología. “Hay una corriente de diseñadores que vienen de la calle y sienten la calle, el street les representa. Cuando intentan lanzarse al tailoring y añadir ese punto a sus colecciones, la actitud es buena, pero no es lo que yo considero ‘menswear’”, comenta sin citar ejemplos. “No puedes llamarlo 'menswear', que es algo más ‘classy’, que no se trata de ‘hoodies’ o de un determinado estampado”, comenta.

Si bien el regreso del hombre más clásico y la progresiva pérdida de protagonismo del carácter deportivo marcaron la última edición de Pitti Uomo y de la pasarela masculina milanesa, Umit Benan confía en la persistencia de la tendencia durante las próximas temporadas. “Actualmente, hay grandes diseñadores masculinos, pero la tendencia se orienta hacia hacia algo más casual. El streetwear es lo que somos hoy en día, pero estoy convencido de que el tailoring va a regresar en los próximos años. En los años 40, todo el mundo llevaba sombrero y creo que este tipo de hombre va a volver, la historia se repetirá”, afirma, no sin cierta nostalgia. Y concluye con una clara vuelta a los orígenes: “Nino Cerruti, Gianfranco Ferré o Gianni Versace… Eso es lo que yo llamo menswear”.

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