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20 feb. 2017
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Teresa Helbig y Ana Locking piensan en grande

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EFE
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20 feb. 2017

Piensa en grande y conseguirás cosas grandes ha sido la máxima de Teresa Helbig y Ana Locking, diseñadoras que han confeccionado piezas contundentes, con patrones estudiados y costura veterana que plasmaron en trajes aristocráticos y vestidos guerreros en la Madrid Fashion Week.

Diseño de Teresa Helbig en la MBFWM - MBFWM


La aristocracia es el epicentro de la colección de Teresa Helbig, un pequeño universo en vestidos de encaje de chantilly, delicadas blusas victorianas o pichis de cuadros escoceses rojos.

En su trabajo sobresalen puntadas precisas y patrones estudiados, que esta vez también traslada a la sastrería, piezas de carácter. "Tras cuatro años de investigación, he decidido hacer sastres", dijo a Efe la diseñadora catalana, que celebra el 20 aniversario de la firma.

Sobre la pasarela se ha visto un minivestido de terciopelo azul con cráneos de venado bordados con perlas, un abrigo con plumas de marabú, faldas de "tartán" con cadenas doradas, un toque punky a prendas ultra femeninas. "Porque seguro que la nieta del aristócrata tiene un lado rebelde", comentó Helbig.

Vestidos lenceros se codearon con un frac negro, de aire decadente con detalles de terciopelo, se vieron otros modelos con cremalleras escondidas coloreados en rosa, verde o azul marino que imprimían una contundente elegancia propia de apellidos de abolengo como los "wellingtons" o los "cotswolds".

Ana Locking también ha pensado en grande y, con un buen estilismo, ha subido a la pasarela una serie de prendas imbuidas en en una estética guerrillera. "Con esta colección cierro una trilogía que defiende la libertad", dijo la diseñadora.

Curiosa ha resultado la metamorfosis de la camiseta de algodón. "La he alargado, le ha crecido cuello e incluso le he dado la vuelta, lo arriba hacia bajo y viceversa", explica Locking, quien se ha ocupado de ribetear gran parte de faldas y vestidos con pequeños volantes.

La propuesta de hombre, coloreada en negro, rojo y camel, expone una gran variedad de materiales y texturas sobre todo en pantalones y cazadoras.

El diseñador Hannibal Laguna, con una amplia clientela en América Latina, sabe muy bien que "cuando en Europa nos abrigamos, allí están en pleno verano", una razón por la que confecciona una colección próxima a la estación que más cercana al calendario, de ahí que fusione en sus estampados flores de invierno y verano, para conseguir lo que el mismo define como el "microclima Hannibal Laguna".

Dibujos pintados a mano para pasar por un proceso de digitalización, que evita que se puedan "copiar" o piqué de algodón construyeron una colección en la que el largo de los vestidos se recorta por delante para dar protagonismo a los zapatos que también llevan su firma.

La firma Menchén Tomás, que ha dejado la 080 de Barcelona en pro de la MBFWM, abrió su desfile con un conjunto de blusa y pantalón blanco, piezas que adelantaban un costura conservadora y también paciente, prueba de ello ha sido el vestido con más de ocho mil alfileres que le ha llevado más de tres meses colocarlos.

A primera hora de la mañana, Moisés Nieto, encargado de abrir la segunda jornada de desfiles de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM) en Ifema, presentó una colección inspirada en la estética de David Lynch.

Una propuesta oscura, pero que vibra con rojos y azules, y con el brillo en los textiles, "como de asfalto de carretera", en la que las siluetas definen dos tipos de mujer "una más niña y otra más "construida, con más experiencia, más vivida".

Otra revolución ha sido la abanderada por la actriz Victoria Abril, quien abrió el desfile de Andres Sarda con ropa interior inspirada en el siglo XVIII y lo cerró, encarnada en una María Antonieta en el Palacio de Versalles.

Libertad, sensualidad y calidad ha sido el lema oficial de Andres Sarda que ha subido a la pasarela su particular revolución de lencería con rústicos bustier de rafia, conjuntos de tul y seda o miriñaques de latón dorados con tules y encajes de chantilly, una prendas tan osadas como enérgicas.

Miguel Marinero junto a su hijo, Nicolás, presentó un trabajo en el que fusiona la estética barroca española del siglo XVII con los patrones de los años 80 y la iconografía y los colores de las Meninas de Velázquez.

¿El resultado?: Una serie de piezas de siluetas "sensuales, esbeltas y elegantes" confeccionadas en sarga de algodón, seda, terciopelo y lana que en ocasiones se bordan y aderezan con lentejuelas, prueba de ello es un vestido de noche de gasa de seda con una única manga y escote asimétrico.

La década de los ochenta también es el punto de partida de la propuesta de Roberto Torretta que, además de renovar el sastre con tejidos masculinos y siluetas muy femeninas, propone una manga jamón contenida. "Es una sastrería muy cuidada con mucha atención a los detalles", aseguró. 
 

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