Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
7 jun. 2021
Tiempo de lectura
3 minutos
Descargar
Descargar el artículo
Imprimir
Tamaño del texto

Las aduanas de Pekín estarían tomando represalias contras las marcas occidentales por los uigures

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
7 jun. 2021

La ropa infantil de H&M, Zara, Nike, Gap y otras marcas occidentales ha sido incautada por la aduana china, entre junio de 2020 y mayo de 2021, por presencia de sustancias peligrosas. Si bien este escenario no es nuevo, el anuncio esta vez ha sido ampliamente destacado en las redes sociales chinas. Así, se plantea la cuestión de los controles sanitarios que ahora se utilizan como medio de represalia contra las principales marcas occidentales, en el contexto de las acusaciones de trabajo forzado de la minoría uigur en Xinjiang.


Shutterstock


En China, estas incautaciones incluso tuvieron su propio hashtag, que habría generado 110 millones de visitas en la red social Weibo, según la web local Jing Daily. Un punto culminante muy inusual para este tipo de convulsiones, que no tiene precedentes. Las aduanas chinas ya habían confiscado piezas de H&M y Zara durante el período comprendido entre junio de 2019 y mayo de 2020. Así, este repentino interés público chino en la administración de aduanas se vio rápidamente como una nueva forma de asalto lanzada por Pekín contra las marcas occidentales, tras las medidas adoptadas por Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea y Canadá. Sobre todo porque Nike y Gap, que se encuentran entre estas marcas, hicieron su aparición este año en las incautaciones de aduanas chinas.

Las autoridades chinas han bloqueado o incluso destruido al menos 80 productos infantiles, evocando la presencia de sustancias nocivas y tintes que pueden ser absorbidos por la piel de los niños pequeños. Sin olvidar los elementos desmontables potencialmente inmanejables por estos últimos, que constituyen el principal factor vigilado por la aduana internacional en materia de productos infantiles. Según los documentos aduaneros, H&M ha recibido al menos tres multas, además de las sanciones administrativas impuestas a las marcas implicadas.

Pero, ¿debería verse esto como una maniobra política? En marzo, recuerda AP, fue la propia televisión estatal la que llamó a boicotear los productos de la marca sueca H&M, cuyos productos también han sido retirados de las principales webs de e-commerce chinas. En términos más generales, H&M, Zara (Inditex), Nike, Adidas, Gap e incluso la japonesa Uniqlo (Fast Retailing) estuvieron en el centro de una amplia campaña que pedía un boicot en las redes sociales chinas. Esto sucedió incluso aunque muchas de las marcas en la mira no han hablado directamente sobre el asunto uigur. El italiano OVS fue uno de los pocos grupos de ropa que anunció claramente su propia decisión de suspender las importaciones de la provincia de Xinjiang.


Elección moral, pragmatismo y patriotismo económico

El caso plantea una cuestión moral a las marcas occidentales. Si China niega cualquier trabajo forzado, asume las medidas de supervisión e integración a través del trabajo destinadas a la minoría musulmana en Xinjiang. Darle la espalda es renunciar a una provincia que también produce el 20 % del algodón del mundo y concentra las mejores variedades. También existe el riesgo de desencadenar una ruptura duradera con los consumidores del mercado de ropa más grande del mundo. En el año fiscal 2019, el mercado chino de ropa generó unos 300 000 millones de euros, según la firma Oliver Wyman, mientras que se espera que las ventas crezcan entre un 8 % y un 9 % anual hasta 2025.


Shutterstock


China encuentra en este asunto una salida a sus aspiraciones de consumo patriótico. Ya quemada por las críticas internacionales a la gestión inicial de Covid-19 por parte de Pekín, el público chino está siendo empujado, gracias a los llamamientos al boicot, a usar marcas locales como Li Ning y Anta, dando la espalda a la imagen de éxito social que los logos de marcas extranjeras pudieron traer en el pasado.

Un cambio de comportamiento que también se ve reforzado por el notable aumento de la calidad de las producciones de moda chinas, inducido por los aumentos salariales decididos a finales de la década de los 2000. Una mejora de las producciones que ahora es invitada constantemente a debates en los principales salones internacionales textiles y de ropa, donde, precisamente, los fabricantes occidentales históricamente confiaron en su nivel de rango para existir frente a la competencia asiática.
 

Copyright © 2024 FashionNetwork.com Todos los derechos reservados.