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Hernandez Sebastian
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26 feb. 2021
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El próximo invierno será mutante en Prada y retro en Moschino

Traducido por
Hernandez Sebastian
Publicado el
26 feb. 2021

Tras un 2020 devastador y un comienzo de año apenas prometedor, ¿cómo será el próximo invierno? Los modistos milaneses presentaron este jueves dos visiones radicalmente opuestas, proyectando un futuro incierto, por un lado, y regresando hacia la despreocupación y la alegría de un pasado idílico, por el otro. Prada y Moschino combinan idealmente estos dos enfoques.


El invierno de múltiples capas de Miuccia Prada y Raf Simons Prada - Prada


Retomando el discurso que inició con su colección masculina presentada en enero, la primera dio a conocer un vestuario mutante para una mujer que se busca a sí misma. Los contrastes se acentúan deliberadamente, entre volúmenes y adherencias, masculino y femenino, un estilo sencillo, casi crudo, y con cierta sofisticación.

Esta mujer, imaginada por Miuccia Prada y Raf Simons, parece provenir del lejano norte, envuelta en espesas pieles, abrigos preciosos o clásicos con grandes botones y anchos cuellos de punto, amplias chaquetas holgadas, pero también grandes sacos y estolas forradas con lentejuelas y con sedas estampadas. Los vestidos y las faldas son bastante austeros y van por debajo de la rodilla. También se vieron vestidos muy largos, bastante raros en Prada, con estilo de túnica.

La mujer de Prada reinventa su look cada día, con un juego de yuxtaposiciones, y adopta, al igual que su alter ego masculino, los leggings en malla tipo “long Johns”, en tela de Jacquard con diferentes motivos geométricos que recuerdan los estampados de la casa. Los lleva como una segunda piel, solos o bajo otra ropa (vestidos, sastres, trajes). El cuerpo está casi cubierto por completo. Los leggings incluso llegan a envolver los pies y los botines de gruesa ancha.

En Moschino, Jeremy Scott sigue inspirándose en el apogeo de la alta costura, cuando el adorno era el centro de atención. Después de haber propuesto para el verano de 2021 conjuntos glamorosos y preciosos emblemáticos de la década de 1950, para el otoño-invierno 2021-22 regresa a la edad de oro de Hollywood, tomando como punto de partida la película “The Women” dirigida por George Cukor en 1939.


Jeremy Scott se sumerge en la edad de oro de Hollywood Moschino - Moschino


Reunidas en un salón, un grupo de mujeres de sociedad asiste al desfile que, como en el teatro, conecta una serie de escenas en diferentes decoraciones de cartón. Nos encontramos con una empresaria de chaqueta y pantalón corto de banquero, con camisa a rayas y corbata militar, ataviada con un pequeño sombrero. Los fines de semana va de paseo al campo con vestidos y conjuntos retro con sacos de yute (para patatas y otros productos agrícolas) o en un bucólico lienzo-paisaje de verdes prados, donde pastan vacas - animal fetiche del fundador Franco Moschino - bajo un cielo azul salpicado de nubes.

En el museo, estas damas visten trajes ajustados con hombros esculturales, doblados en la cintura para mostrar mejor sus formas, con grandes sombreros glamorosos. El espectáculo termina con un paseo por la jungla, donde el creador declina con su humor habitual adoptando todas las imágenes exóticas de la época. El Safari sahariano se transforma en un sexy body con cordones, traje o pantalón corto y minivestido para usar con botas hasta los muslos y un sombrero con mosquitera.

El abrigo de cebra rivaliza con los vestidos sin tirantes de jirafa o guepardo (con su cola manchada y la capucha con orejas que lo acompaña) o incluso con este traje de pitón dorada que termina en una cola en forma de cola de cocodrilo. Al finalizar el desfile, las invitadas lucieron sus sublimes y excéntricos atuendos de gala, como un vestido rosa, cuya correa de cadena juega con los tirantes en un hombro, o un vestido de tubo con cola de raso rojo salpicado de grandes corazones negros, lucido por Dita Von Teese, que se abre por detrás como un ojo de buey sobre sus nalgas rosas...

Aunque muy distantes entre sí, estas dos colecciones están unidas por un hilo conductor. Primero, la presencia filigrana de la burguesía milanesa, que se puede encontrar en los trajes con cuello de terciopelo de Moschino o en el encanto de ciertas modelos de Prada con sus elegantes abrigos y glamorosos guantes de cuero. Luego en los zapatos, que en ambas casa fueron de suela gruesa. Inmediatamente recuerdan los zapatos de la década de 1940 y la Segunda Guerra Mundial y los años de postguerra. ¿Una referencia al contexto actual?
 

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