Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
14 sept. 2022
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Cuando los jóvenes diseñadores tienen a su abuela como su musa

Traducido por
Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
14 sept. 2022

Nunca antes la figura de la abuela había tenido tanto éxito. Prueba de ello es el éxito de las modelos con pelo canoso y la emoción planetaria causada por el fallecimiento de la reina Isabel II, considerada un auténtico icono, a los 96 años. Esta moda de las generaciones mayores afloró con fuerza en el concurso de moda ITS (International Talent Support), celebrado los días 9 y 10 de septiembre en Trieste, donde muchos finalistas eligieron a su "abuelita" como musa. Un fenómeno que parece ir en dirección contraria a un mundo hipertecnológico y conectado.


Un look de Petra Fagerström inspirado en su abuela paracaidista en tiempos de la URSS - itsweb.org


Las colecciones presentadas en Trieste mostraron la voluntad de partir del pasado y encontrar soluciones concretas y sostenibles, incluso poniéndose manos a la obra con la experimentación de materiales. El Covid explica en parte esta tendencia.

"En plena pandemia, en 2020 y 2021, encerrados en casa, los jóvenes diseñadores tuvieron que conformarse con lo que tenían a mano, utilizando el mantel, la funda de cuero del sofá, la alfombra, etc. Dos años después, trabajaron en sus emociones. Comprendieron lo que había sucedido. Algunos perdieron a sus abuelos. Otros vivieron con ellos durante los confinamientos, lo que les hizo comprender el valor de las generaciones mayores", señaló Barbara Franchin, fundadora y directora de ITS.

Rafaela Pestritu (27 años), por ejemplo, ha trabajado sobre la identidad de su Rumanía natal, partiendo de sus estereotipos más kitsch para proponer una nueva imagen, reinterpretada con humor, a través de prendas orgánicas mutantes.

"Es un himno a mi abuela. Para construir mi colección y mis modelos, recordé las increíbles historias de su juventud bajo el comunismo", dice la joven, adepta al upcycling y apasionada de la creación manual.


Partiendo del mismo principio, la alemana Tatjana Haupt (26 años) se inspiró en dos figuras maternas, su abuela, ama de casa tradicional, y su madre, pionera del punk y la informática, combinándolas para crear una alegre y llamativa colección de ganchillo, otra técnica anticuada que está en auge, con lemas feministas como "Girls masturbate too" ("Las chicas también se masturban") y divertidos accesorios como bragas rosas y polainas de lana negra larga.

Los recuerdos son los que también inspiraron a Martina Durikovic (27), ganadora del premio ITS Media. Recordando que su abuela Elena, fallecida hace cinco años y a la que estaba muy unida, utilizaba agua de fécula de papa para regar las plantas, la diseñadora eslovaca originaria de Bratislava decidió explorar las virtudes de esta sustancia gelatinosa. Después de muchos intentos, consiguió transformarlo en una especie de bioplástico, que cortó en hilos para que pudieran tejerse a ganchillo. El resultado: ropa completamente innovadora y biodegradable.


Un modelo creado por Martina Durikovic, virtuosa del crochet - itsweb.org


La sueca Petra Fagerström (24 años) ha dedicado su colección a su abuela, cuyo pasado como paracaidista soviética descubrió a través de una vieja foto. Llamada "Flying Grandma", la colección se compone de largos vestidos campesinos plisados en nylon estampado y piezas de excedentes militares reelaboradas en grandes volúmenes.

El enfoque de la diseñadora finlandesa Hanna-Lotta Hanhela (33) es diferente. No es la fuerza, sino la fragilidad de su abuela, que padece la enfermedad de Alzheimer, lo que la ha inspirado. Es como si un modisto perdiera poco a poco la memoria, creando prendas deconstruidas, a menudo inacabadas, que se deshilachan, a veces sólo esbozadas por una trama de hilos sobre un fondo transparente, con pinzas de pelo que sustituyen las costuras que faltan por aquí y por allá.

Nada menos que cinco de los trece finalistas en la categoría de moda centraron sus colecciones en esta importante figura femenina. "Cuando vimos las candidaturas, este fue un tema recurrente y cada vez fue expresado de una manera maravillosamente diferente por estudiantes de todas las escuelas y orígenes. Este fue el hilo conductor que unió a todos este año", dice Barbara Franchin.

"En ningún caso mencionaron al abuelo. Se plantea la figura de la abuela, la que se ocupa de todo y está más cerca de ellos. Lo increíble es que se han saltado la generación de sus padres. Para estos jóvenes, el punto de referencia son los abuelos y no los padres. Esto es bastante revelador. Esta generación quizás no ha sido capaz de ser una base, un punto de referencia importante para sus hijos, que probablemente también los vean como los que han hecho posible llegar a la sociedad actual, que aboga por el despilfarro y el consumo excesivo", analiza.

Orsola de Castro, activista fundadora de Fashion Revolution, tiene la misma impresión. "Esta fascinación por la figura de la abuela puede interpretarse tanto por la necesidad, después del Covid, de acercarse a las personas queridas, como por el miedo al futuro. El cambio climático asusta a estos jóvenes. Hay un deseo de redescubrir la familia y, a través de ella, la tradición y la tierra. Ahora que el saqueo del planeta les parece un hecho constatado, proponen una vuelta a la época anterior a la explotación de la naturaleza y de las personas", opina.


Un traje hidrosoluble creado por Eva Heugenhauser - itsweb.org


"En un momento de grandes dificultades, primero con el Covid y luego con la guerra de Ucrania, y ante un futuro preocupante, esta nueva generación de diseñadores necesita anclarse a un elemento fuerte, como es la familia. Necesitan volver a sus raíces para encontrar la fuerza", observa Stefania Ricci, directora del museo Salvatore Ferragamo, que este año formaba parte del jurado de ITS, al igual que Orsola de Castro.

Otra sorpresa fue que cuando se les preguntó qué objeto salvarían del planeta, los participantes en el concurso respondieron al unísono: un libro. "Me sorprendió porque no me lo esperaba en absoluto. En un momento en el que todo es digital, ¡deciden guardar los libros! Esto significa que hay esperanza", indica Barbara Franchin.

Mientras que las imágenes, las pantallas y las redes sociales siguen siendo omnipresentes en el mundo de la moda, esta nueva generación de diseñadores parece querer actuar en la vida real con propuestas concretas para hacer avanzar las cosas. Por ejemplo, el material está en el centro de su enfoque, con textiles que desarrollan ellos mismos, casi siempre a partir de recursos naturales. Ya no con una lógica estética, sino con el objetivo de reducir los residuos.

La colección biodegradable de Martina Durikovic, hecha con agua de almidón, es un buen ejemplo. Igualmente revelador es el de la austriaca Eva Heugenhauser (25 años), que trabajó en el concepto de ropa hidrosoluble y ganó el premio de mención especial ITS promovido por Vogue Italia. No olvidamos al ganador del concurso, Charlie Constantinou (24 años), que ha desarrollado un nylon acolchado elástico que se adapta a cualquier tamaño.

 

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